De cuando Cuna de Héroes fue a Santa Fe Dibuja

Como comenté anteriormente, el pasado domingo 4 de marzo me di una vuelta por Santa Fe para participar del evento Santa Fe Dibuja, organizado por Ramiro Rossi, y con la participación de muchos artistas de todo lo largo y ancho de la provincia.

La experiencia tuvo muchos costados humanos, porque si bien fui con la intensión de vender los fanzines del blog y algunas láminas basadas en ilustraciones que se han dejado ver por acá el año pasado, tampoco era cuestión de ir para eso solamente. De hecho aproveché la invitación de Juan Fioramonti para quedarme un tiempo en su casa, lo cual disfruté mucho por las charlas, la comodidad y el acceso a su gigantesca biblioteca de comics. Ni qué decir de su visita guiada a las casas de saldo y canje de libros, a pesar de que solamente pude ir a una y gastar mucho, mucho menos de lo que me hubiera gustado (y hubiera sido prudente).

Pero volviendo al evento en sí, arrancó muy bien, en un lugar más que acorde por tamaño e instalaciones. Como podrán ver en las fotos, ni muy grande ni muy chico, muy cuidado y ordenado. De temprano nos dedicamos a colocarnos en uno de los lugares dedicados a stands, viendo que afuera (la fachada del edificio era otro lugar posible) la temperatura subía sin tener límite. Finalmente todos decidimos quedarnos en el edificio, así que se colocaron más mesas.

Hacia el mediodía nos dispusimos a comer unas ricas pizzas que Ramiro consiguió a través de uno de los sponsors del evento, a lo cual agregamos gaseosas tras gaseosas y algún que otro refuerzo, porque el calor en el patio interno era bastante grande y el viaje le había abierto el apetito a más de uno. Ramiro aprovechó para comentarnos más sobre los objetivos del evento, que no eran "simplemente" comerciales (es decir, que tuviéramos un espacio para vender lo nuestro), sino también, y tal vez más importante, que los creadores y emprendedores de toda la provincia se conocieran y estrecharan lazos de amistad, colaboración y negocios.

Tengo que decir que en este sentido el evento fue un éxito, porque yo venía un poco de capa caída, con ánimo a media máquina con respecto al blog y a otros proyectos, luego de chocarme una y otra vez con la ¿endémica? carencia de dibujantes buenos y confiables. Así como el viaje fue una excusa para desconectarme, relajarme y descansar un poco de tanta locura en el trabajo y tanta ansiedad en el estudio, el hecho de esta ahí vendiendo lo hecho junto a tanta gente talentosa era una excusa para charlar, conocer, reunirme y aprender.

Por eso fue decisiva, creo yo, que durante el cierre todos tuviéramos que presentarnos en el escenario del teatro (tremendamente bonito, por cierto), para contar quiénes éramos, qué hacíamos y qué queríamos lograr. De esta manera, y con las charlas de la tarde, pude ubicar varias personas que necesito para mis proyectos, y también algún que otro proyecto que puede necesitarme a mí.

Durante el día, el evento estuvo lleno de actividades interesantes, a las que no fui principalmente por no ser dibujante. Pero que te dé clases José Massaroli no es cualquier cosa... también hubo talleres de dibujo para chicos, intervenciones gráficas en la calle... y un montón de cosas que me olvido. Pero de nuevo, lo principal para mí era la interacción.

El ejemplo más patente: cómo no compré las creaciones de
Ivana Belbey y Yamila Prunello (y otras).

En este sentido, si tengo algo de qué arrepentirme fue no haber sido menos vago, porque me pasó como Homero: "voy al rato", me decía, a comprar algo o charlar con alguien, y de puro vago no iba, y cuando iba se había ido. Y eso me pasó varias veces, la última durante el cierre, porque ciertos invitados tenían que partir más temprano que otros.

El único punto bajo, que no puede achacarse a la organización (a nosotros también nos ha pasado, y es difícil de prever/solucionar) fue que hubo poco público debido a la confluencia del clásico Unión-Colón. No siempre coinciden las fechas y no sé si Ramiro se enteró o no, o si era la única fecha disponible en ese lugar. Por otra parte, hablando con amigos de Santa Fe, a ellos les llamó la atención que la ciudad parecía desierta, incluso más que en otros clásicos, lo cual era raro. Esto impactó en las ventas de todos. Pero como mi objetivo no era solamente vender, no me puedo quejar.

Los dejo con algunas fotos del evento; pueden encontrar muchas más en el blog del evento.

El espacio de la muestra