Nuevos personajes en Cuna de Héroes

miércoles, 31 de marzo de 2010

Era un viernes a la tarde, y yo estaba atrapado en mi trabajo de zángano oficinista, esperando que sonara una chicharra imaginaria que me diera nuevamente la libertad.

Pero antes de que esto sucediera, me liberó una muy grata noticia: la nueva historia para Cuna de Héroes estaba terminada. Su autora me enviaba las páginas finales, ya listas para su publicación online. Ni qué decir que las espíe ahí mismo, a pocos pasos del gerente, y no pude menos que sonreír al ver el resultado final.

En los primeros días de abril van a poder ver este nuevo trabajo, que presentará a un personaje diferente, dentro de la misma continuidad que tiene Coraza... y que tienen también otros personajes que todavía faltan para ver la luz. Con algo de suerte, este año podrán conocerlos mejor a todos, y el blog tendrá más y más historias y dibujantes demostrando lo que saben hacer.

El legado de los superhéroes (y V)

jueves, 25 de marzo de 2010

“En los ‘80 aprendimos una lección invaluable: el único material que perdura es el que significa algo. Luchá por eso y olvidate del éxito popular. El éxito hoy en día es algo breve, estridente, hueco y no siempre significa algo. Si como industria tuviésemos el coraje y la inteligencia para entender y aprender de esa lección, podríamos construir algo mucho más valioso”.

Declaraciones de Alan Moore en la Power Magazine dedicada a este autor británico.


Lo que otros sí hacen

Nos hemos enfocado mucho en DC y Marvel, pero sólo porque estas dos empresas acaparan la mayoría del mercado de comics de superhéroes, tanto a nivel estadounidense como mundial.

Sin embargo es necesario recordar que hay otras muchas empresas, medianas o pequeñas, que aplican otras recetas y plantean personajes y situaciones de manera más frontal, sin caer en reciclajes ni en juventudes perpetuas. Que sean las menos no quiere decir que no existan.


¿Qué hacer?
Pues dos cosas que ahora escribo, aunque sé que nunca nadie las hará.

Una opción sería dejar crecer a los personajes, y dejar que tomen el legado de los mayores que los precedieron. Si las editoriales aceptaran establecer un ritmo de envejecimiento promedio de sus personajes (por poner un ejemplo, 2 años en la ficción por cada 5 años de publicación), podrían tener a alguien asistiendo al editor. Esta persona o personas mantendrían actualizadas las cronologías y darían instrucciones de plantear cada tanto temas concernientes a la edad de cada personaje, para hacer creíble y argumentalmente razonable el asunto. Eventualmente ciertos superhéroes deberían retirarse o tomar otras posiciones, dejando el lugar para sus hijos o sidekicks.

¿Parece absurdo? Solamente porque nadie lo ha hecho en mucho tiempo en esta parte del mundo. Un buen ejemplo lo tenemos en el manga: Dragon Ball comienza con un Goku de pocos años y termina con él siendo abuelo, habiendo sido reemplazado por sus hijos, nietos y descendientes de sus amigos. ¿Funcionó? Comercialmente sí. Y los pocos tomos del manga que pude leer me gustaron bastante, no como la animación, que avanza más lentamente que un caracol enfermo. No conozco otros ejemplos en el manga, pero seguro que los hay.

Otra opción, delineada superficialmente en el artículo ya mencionado de Zona Negativa, implicaría resetear más o menos regularmente la continuidad en algún momento, o simplemente abandonar una para continuar con otra. Con tantos universos dando vuelta, las editoriales podrían tomar uno diferente para cada generación. Digamos que, por 20 o 30 años, DC o Marvel escribieran historias sobre un determinado universo, en donde sus personajes icónicos están en el momento justo, más "rentable" de sus carreras. Pasado ese tiempo, cuando se note una caída en ventas y/o en lo artístico, y cuando sea difícil mantener jóvenes a ciertos personajes, se anunciaría algo similar al Universo Ultimate. Se arrancaría con otra continuidad, desde cero, con características de esa época, con personajes nuevos, con nuevos orígenes, etc., es decir, con lo que fuera necesario para hacerla atractiva, original, etc. La continuidad anterior, que pasaría a ser secundaria, disminuiría su caudal de publicación hasta casi cero, dejando cada tanto alguna miniserie, reedición o autoconclusivo para los nostálgicos que quieran seguir revisitándola. Es decir, que ni siquiera sería necesario un evento megacatastrófico para destruirla: simplemente dejaríamos de mirarla, como sucedió con el universo de la Edad de Oro.

Esta reinterpretación planeada de cada mito superheróico ya fue explorada por DC en sus Otros Mundos, y en numerosos crossovers de ambas empresas, tomos especiales, etc. etc. Si volvemos a mirar a Japón, vemos algo similar en lo que ha hecho el grupo Clamp. Después del tremendo éxito de Card Captor Sakura, las artistas niponas empezaron a sacar historias como Tsubasa Reservoir Chronicles y xxxHolic, que reinterpretan a los personajes del famoso manga en historias radicalmente diferentes y, para rizar más el rizo, se relacionan argumentalmente entre sí (fueron escritas al mismo tiempo).

Aunque más compleja y potencialmente más violenta de continuar con el mismo personaje, es también una forma más sincera de apelar al cariño que los fans tienen por sus personaje favoritos, esos sentimientos que hacen desear que no "mueran" al terminarse una serie que tenía que terminar porque el argumento ya no daba para más. Yendo al caso, todos sabemos que hay dinero detrás de esto, más allá del amor que pongan los autores; como digo, es una forma más directa de decir: "amigos, esto tiene que seguir porque demasiada gente me lo pide y van a pagarme, pero voy a hacerlo de manera elegante".

¿Demasiado hipotético? Pues sí. Sé muy bien que ninguna editorial de las mencionadas tomaría en serio esta opción, ni tampoco la anterior, que puede parecer más razonable y menos compleja en varios sentidos. ¿Por qué? Pues porque la forma actual de hacer las cosas vende lo suficiente.

Estamos acostumbrados a ver todo (hablando particularmente desde mi lugar latinoamericano) desde un mercado deprimido, cerrado, selecto, casi muerto. Se edita poco comic, y el de superhéroes es un nicho que solamente explotan los grandes, porque pocos pueden competir con DC y Marvel, y si lo hacen, sólo lo logran en casos aislados y por poco tiempo. Nos quejamos de esta u otra decisión editorial o artística, pero no podemos cambiar de editorial fácilmente, porque estas empresas suelen tener material más barato que el de las otras empresas extranjeras. Pedir revistas de importación es más caro y más complejo; no todos tenemos una comiquería en nuestra ciudad, y muchas veces las series de las dos grandes se encuentran en kioscos o negocios no tan especializados.

En EEUU, donde el asunto se cocina, la cuestión es muy diferente. Ciertamente las pequeñas y medianas empresas pueden competir contra las grandes, en el sentido de que al menos son conocidas y sus productos se pueden comprar más fácilmente. Sin embargo, es evidente que el grueso del público sigue comprando más o menos lo mismo. Los fans putean en los foros, lanzan maldiciones contra Quesada o Di Dio, etc. etc., pero en el final el personaje y la costumbre pueden más, y siguen comprando. De otra manera, la reacción negativa que producen ciertas crisis y mephistazos en los foros tendría una relación directa en las ventas, cosas que no se comprueba. En este caso, sería lógico que las dos empresas tuvieran que reconocer errores y buscar una mejor manera de plantear cambios.


Observaciones y resoluciones
¿A qué viene todo esto? Se pueden preguntar algunos. Si bien estas meditaciones aparecen aquí por primera vez, ya estaban en mi mente desde hace tiempo, con menos datos pero con la misma decisión en mente.

Cuna de Héroes surgió no sólo de mi deseo de hacer comics de superhéroes, sino también de demostrar, humildemente, que se pueden hacer de otra manera, sin perder nada de lo bueno, pero sí mucho de lo malo.

Tres cosas son las que actualmente considero que lastran negativamente los dos universos más icónicos de superhéroes; dos de las cuales he mencionado aquí explícitamente, y la tercera de manera más indirecta. Tres temas que planteo abordar de manera novedosa, o al menos, un poco más lógica:

  1. la cuestión de retcon y del paso de tiempo, de las continuidades y los cambios que no cambian nada. Mis personajes van a crecer, lenta pero definitivamente; cuando haya cambios los habrá en serio y no serán revertidos, aunque pueda haber situaciones que, de manera sólida, puedan experimentar cambios parciales. Las muertes, cuando las haya, serán irreversibles y, por lo tanto, significativas.
  2. la cuestión de los cientos de miles de personajes con poderes. Más allá de que no puedo plantearme a creación de un universo tan poblado (podría hacerlo de manera indirecta), prefiero abordar uno en donde el ser superhéroe sea algo realmente poco común, misterioso y épico. El que haya tantos personajes tan poderosos llega a ser poco lógico en algunos casos; sobre todo cuando las editoriales nunca matan en serio ni a buenos ni a malos, y surgen nuevos personajes todos los meses.
  3. la cuestión de los orígenes absurdos y la superposición de varios niveles de magia y ciencia. Dejando de lado lo radioactivo, que ya está más que obsoleto, planteo una serie de posibles orígenes de los poderes, todos basados en la ciencia (obviamente, una ciencia de comics). Aunque pueda tener su encanto, no estoy muy de acuerdo en cómo tanto Marvel como DC usan la magia para sacar las papas de horno, cuando ya no se les cae una idea (vean lo del Mephistazo, y muchos otros casos más). Por otra parte, la superposición de estas capas crea resultados absurdos y huecos argumentales que, claro, ellos aprovechan para colar explicaciones cada vez que algo no encaja. Pero yo quiero que las cosas encajen solas: no quiero poner parches en mi historia. Con esto apunto también a plantear un universo un poco más cercano al real, obviamente con la separación implícita en el género.
Estas tres cuestiones son las bases sobre las cuales construí la idea central del blog y de lo que pretendo hacer. Son por lo tanto una manifestación de principios muy meditada: sé por experiencia que las restricciones, incluso aunque sean autoimpuestas, dan más espacio para la creatividad que el libertinaje del todo vale lo mismo.

El legado de los superhéroes (IV)

miércoles, 10 de marzo de 2010

“El otro gran factor que separa al comic de sus más respectados parientes es la duración. Aquí las historias no terminan - al menos no del modo en que acaban las películas o las novelas. La amenaza de turno puede ser desviada o derrotada,
pero habrá otra el mes siguiente, sin
lugar a dudas. El personaje vivirá indefinidamente hasta que la falta de ventas u otro factor dicte la cancelacion del comic. Incluso entonces, el desposeído protagonista se encontrará participando como invitado en cualquier otro comic para evitar el olvido total. La historia raramente termina, aunque la colección de ese personaje escupa sangre y caiga muerta al suelo. Así que, a menos que seas lo suficientemente afortunado como para detectar una serie de éxito en sus comienzos, o seas lo suficientemente rico como para conseguir los números atrasados mucho después, puedes encontrarte, al comprar un comic por primera vez, en medio de la continuidad de un personaje que comenzó mucho antes de tu nacimiento, y que seguirá probablemente después de tu muerte”.

Declaraciones de Alan Moore en la Power Magazine dedicada a este autor británico.


Universos paralelos, espacios alternos

Los comics también pierden gracia cuando los toman guionistas o artistas visuales poco afortunados; lo que sobresale es que estos cambios se realizan más rápidamente, a veces de manera intempestiva, porque no es lo mismo editar series mensuales que temporadas de animación.

Mientras los Simpsons quedan atrapados, saludablemente, en una burbuja que persigue a la audiencia que se renueva constantemente, gracias a una continuidad laxa, poco compleja y rápidamente móvil, los superhéroes están atrapados en otro tipo de burbuja: la de los cambios siempre radicales, que no cambian nada. Gira y gira a velocidades supersónicas, pero no se traslada en ningún eje. De hecho, a veces parece que girara sobre un eje descentrado.

En 1985, DC dio un paso fenomenal, uno que todavía se recuerda como una peligrosa pero sabia decisión editorial, artística y argumental: Crisis en Tierra Infinitas.

Por décadas, las historias de sus personajes se habían apilado, como ya mencionamos, sobre generaciones de diferentes lectores. En un punto, uno de los creativos de comics más importantes de la epoca, Gardner Fox, puso la piedra fundamental para el denominado Multiverso. Este abogado, que se había quedado sin trabajo en la Gran Depresión, comenzó a escribir comics e historias fantásticas y de ciencia ficción. Después de trabajar tanto en Marvel como en DC (antes incluso de que tuvieran estos nombres), creó una historia publicada en septiembre de 1961, en la cual el Flash actual (Barry Allen) conocía al Flash de la Edad de Oro (Jay Garrick, co-creado por él). Se estableció así que los superhéroes de esa época vivía en una tierra alternativa, la cual se denominó Tierra-2 (Tierra-1 era el mundo de los héroes de la Edad de Plata, o sea, la de ese momento).

Habían existido ya experimentos puntuales, historias en las cuales ciertos personajes viajaban a realidades paralelas. Pero el concepto del Multiverso surgió de esta historia, y a partir de entonces DC lo utilizó para poder publicar material de todos sus personajes manteniendo diferentes continuidades, además de crear los clásicos crossovers, que siempre aumentaban la audiencia.

Como dato curioso, esto permitía tener versiones jóvenes y no tan jóvenes de los mismos personajes, lo cual daba importantes posibilidades argumentales. Tal vez una de las más queridas por los lectores, pero menos apreciadas por la editorial, era Infinity Inc.: una organización formada por los hijos de los superhéroes de Tierra-2 que estaban descontentos con sus padres por no dejarlos ingresar en la JSA.

Por mucho tiempo esta cuestión del Multiverso funcionó, pero mantener la continuidad de tantos mundos, que encima se cruzaban entre sí, era engorroso. Como forma de darle un cierre definitivo, se creó una macrosaga o maxiserie (12 capítulos que también se entremezclaban en casi todas las series regulares), la primera en la historia de este género de comic, en la cual el Multiverso sería destruido, quedando un único universo, en donde toda la continuidad DC estaría localizada. Es fue, justamente, Crisis en Tierra Infinitas.

Claro que muchos personajes tendrían que morir. Fox lo hizo justamente al año siguiente, en 1986, habiendo dejado la empresa cuando esta les negó a sus empleados más viejos un seguro de salud y gastos médicos. Pero sin duda las dos víctimas más conocidas y lloradas fueron Supergirl (la prima de Superman) y el Flash de la Edad de Plata. Casi había un mensaje en esta última desaparición: moría una forma de hacer comics, de contar historias.

Porque lo que moría allí era la posibilidad de contar diferentes historias y de tener un sin fin de personajes acomodados de manera más lógica y razonable. Tanto Marvel como DC contaban (y cuentan todavía) con, literalmente, miles de personajes, desde los más conocidos hasta los que sólo recuerdan los fans más estudiosos. No todos están vivos al mismo tiempo, ni hacen cosas importantes en un mismo año, claro. Pero muchos de ellos a pesar de ser segundones o no tan atractivos a primera vista, esconden a veces historias muy interesantes, y grandes posibilidades para los guionistas que las busquen.

Esto mismo comenzó a suceder cuando DC compensó esa desaparición con la creación casi accidental del sello Elseworlds (Otros Mundos). En 1989 salía al mercado Gotham by Gaslight, historia en la cual un Batman victoriano perseguía a uno de los villanos más famosos de la historia: Jack el Destripador. Con arte de Mike Mignola, este comic fue tan bien aclamado que el experimento se convirtió en un sello separado, que fueron presentando a ciertos personajes (particularmente Superman y Batman) en realidades alternativas de todo tipo, a veces con resultados absolutamente brillantes. Tal vez los más exitosos hayan sido, además del mencionado, Superman: Red Son (en el cual el pequeño Kal-El cae en Ucrania, creándose así un Superman comunista a mitad del Siglo XX), Batman & Dracula (en la cual Batman debe convertirse en vampiro para enfrentar al más grande de ellos) y Kingdom Come (que plantea un futuro caótico, en el cual unos pocos superhéroes avejentados tienen que enfrentar a un grupo de héroes más jóvenes que no mantienen sus ideales ni su forma de ver al mundo).

Lamentablemente, DC no supo aprovechar las posibilidades de este formato. Muchas publicaciones de este tipo no llevaban el sello Elseworlds, lo que las dejaba en un limbo, sin que supieran los fans si estaban o no dentro de la continuidad. Para colmo, ciertas obras, principalmente el Dark Knight Returns de Frank Miller, comenzaron estando dentro de la continuidad pero luego fueron "relegadas" extraoficialmente a estos otros mundos, cuando se hizo evidente que no se podían mantener ciertas obras "controversiales" en la continuidad establecida (los que lo hayan leído sabrán a qué me refiero). La andadura del sello Elseworld fue irregular; hasta 2005 salieron obras aisladas y sin un nivel de calidad parejo, resultando en obras memorables pero también en otras apenas recordadas.

La oportunidad se había perdido. Para 2005, DC había decidido revertir la Crisis, lo cual era una decisión tan controvertida como económicamente saludable. Marvel estaba teniendo ventas muy buenas, recuperándose de su bancarrota, y DC necesitaba competir más fuerte. Lo cual implicaba crisis y más crisis: Identity Crisis, Infinite Crisis y Final Crisis (la cual sabemos que no será realmente la última, peeero...).

Infinite Crisis revertía en gran medida los efectos de la destrucción del Multiverso, permitiendo la creación de 52 universos. Algunos de los Elseworlds más famosos fueron usados para rellenar estos mundos, principalmente los ya mencionados. Sin embargo, muchas de estas obras son autoconclusivas; es difícil colar precuelas o secuelas, y hasta ahora, DC, concentrada en sus clásicas megacrisis, no ha hecho intentos serios de aprovechar esta nueva oportunidad narrativa.

El uso de realidades alternas para contar versiones diferentes de los mismos personajes también fue usada por Marvel con su Universo Ultimate, pero de manera más coordinada y regularmente exitosa. Creado en 2000, esta línea de comics planteaba otra continuidad, además de la principal, en la cual los personajes eran mucho más jóvenes, a veces adolescentes. Sus orígenes eran reimaginados, evitando caer en las explicaciones radioactivas, clásicas de la Edad de Plata. Una de las premisas detrás del proyecto era presentar elementos más cercanos a la realidad, menos fantásticos, para hacer más creíbles las situaciones planteadas.

De esta manera, el sello lograba dos cosas fundamentales: rejuvenecer las historias, adaptándolas a un público adolescente, el cual sigue siendo el principal mercado; y comenzar una continuidad de cero, en la cual los lectores podían introducirse más rápidamente al no tener que aprender décadas de idas y venidas. Ambas cosas apuntaban a lograr mayor cantidad de lectores: uno podía elegir la continuidad que más le gustara, o seguir las dos.

Y funcionó. El Universo Ultimate fue tan exitoso (comercial y artísticamente), que la prensa especializada comenzó a pensar que Marvel planeaba eliminar la continuidad clásica y continuar con la Ultimate. Algo que tal vez no estaría mal, pero nunca sucederá. Porque todo tiene que seguir igual, aunque cambie...

Por otra parte, algunos fanáticos se están quejando de la caída en la calidad de estos comics, y algunos también creen ver una disminución en la cantidad de ejemplares vendidos mes a mes. Muchos creen que, perdido el primer empujón por una serie de malas decisiones artísticas, el Universo Ultimate deberá enfrentarse pronto a otra crisis, y está por verse si la sobrevivirá.


Tierra-1, toma dos
Recientemente sorprendió el anuncio de que DC Comics planteaba una nueva salida editorial. Esta iniciativa, una continuidad completamente nueva llamada Tierra-1, se plantea como un nuevo inicio de los personajes más icónicos de DC: Batman y Superman, pero se supone que en el corto plazo se les sumarán muchos otros. Lo curioso es que Tierra-1 era, antes de Crisis en Tierras Infinitas, el planeta en donde vivían los héroes de la Edad de Oro. ¿Casualidad? Lo raro es que, lejos de hablar de estos personajes, se busca plantear versiones más novedosas y modernas, para nada de mitad de siglo XX.

Automáticamente los aficionados resaltaron la similitud del proyecto de DC con Ultimates, pero hay más de lo que ve el ojo. Cualquiera puede arruinar una buena idea, sea de quien sea. Por otra parte, la principal innovación del proyecto pasa por otro lado: no se trata de una colección mensual de 24 páginas, no es el formato habitual de los comics de superhéroes. DC plantea utilizar un formato más europeo, lanzando 2 o 3 tomos de tapa dura al año (no se sabe si por personaje o en general), lo que ellos llaman Original Graphic Novels u OGN (Novelas Gráficas Originales, es decir, creadas específicamente en este formato y no recopilaciones de series viejas).

Las dos primeras ya han sido anunciadas. Superman: Earth One estará guionado por J.M. Straczynski (sí, ese mismo) y dibujado por Shane Davis, mientras que Batman: Earth One
estará guionado por el muy famoso Geoff Johns y dibujado por Gary Franck. Estos cuatro nombres tienen mucho peso en lo que hacen, y se supone que, al tener más tiempo para trabajar, podrán crear obras más cuidadas y potencialmente mejores que las que salen, como de una fábrica de hacer chorizos, mensualmente (o incluso dos o tres veces al mes).

El objetivo de esta línea parece ser similar a la de Marvel, aunque sin caer en lo adolescente. Se busca llegar a nuevos lectores, y también, evidentemente, ingresar en el terreno pantanoso del "comic-libro" (que no es el del comic-book, sino el de la novela gráfica, forma marketinera de decir comic con tapas duras). Estos libros, visualmente de mayor calidad, tienen la ventaja de entrar en librerías, en donde los comics-revista no llegan, y de apuntar a un mercado más "adulto", que no compraría las mismas revistas que sus hijos o los hijos de sus amigos, o de su hermanos menores (ya se ve que leer algo en tapa dura nos hace más intelectuales). También se especula que esta movida viene dada por el enorme éxito de las últimas películas de Batman, y las de otros personajes, que ya se ven en el horizonte. Hay que apuntar a los jóvenes, y no tanto, que quieren ver al personaje en el comic, pero no conocen el camino dentro del laberinto que la misma DC ha creado. Sin duda alguna, este público no tradicional podría traer un aire fresco a este género del noveno arte.

Sin embargo, el lastre de las políticas editoriales pueden hacer naufragar artísticamente este intento. En declaraciones a la prensa especializada, ambos guionistas reconocieron que no van a encarar versiones demasiado innovadoras de los personajes: básicamente van a repetir lo mismo de siempre con algún cambio aquí y allá, algún aggiornamiento y algún giro en la trama, pero nada más. JMS fue tan lejos como plantear que "no estoy aquí para transformar la historia en algo que nunca debió ser para ‘dejar mi marca’ en el personaje. Es sobre respetar al personaje y sus orígenes. (…) No se cambian las cosas sólo para decir ‘yo cambié eso’. Tienes que preguntarte si cabe en el personaje".

Si bien la última declaración es una verdad grande como una casa, la primera tiende hacia la pregunta. ¿No está para eso la nueva continuidad? ¿No está para aprovechar ideas nuevas, nuevos enfoques? ¿No está para hacer las cosas que, por lógica u otras razones, no se pueden hacer o repetir en la continuidad clásica? ¿No está para hacer ALGO nuevo? Si la respuesta es un no, mal empezamos, y mal andaremos.

Sea como sea, Tierra-1 saldrá en algún momento de 2010, de manera que está por verse su impacto e influencia, artística y editorial, en el mercado.

A esto se le suma el anterior anuncio, que despertó menos polvareda, del lanzamiento, a finales de 2009, de un Universo Pulp, a cargo de multipremiado Brian Azzarello. En esta continuidad, heredera directa de los 40s, Batman, Doc Savage y The Spirit serán las figuras más importantes, respaldados por otros personajes y grupos clásicos de la época, incluyendo a los Blackhawks, Black Canary y otros.

Claro que cada uno tendrá sus diferencias: Doc Savage será el equivalente de Superman, The Spirit será un poco modernizado (con el beneplácito de los herederos de Will Eisner) y Batman tendrá... ¡dos pistolas!, como en la versión original del personaje, que iba armado. Ojalá que también tenga un batgiro, como el que tenía en una de sus historias en Black&White...

Nos encontramos entonces a dos iniciativas editoriales radicalmente diferentes. Como siempre, sólo el tiempo dirá si valen la pena... y los dólares invertidos por los fanáticos en comprar las revistas y libros en cuestión.

En definitiva, todo se reduce a esto. Hay personajes que son inmortales y pueden ser reversionados de mil maneras diferentes, muchas de ellas magistrales. Universos paralelos, nuevas continuidades, historias imaginarias o mil argumentos de por medio, esto puede hacerse, y no está mal que se haga, para que estos personajes se mantengan nuevos y para que nuevas generaciones se acerquen a ellos y los disfruten tanto o más que nosotros.

Pero también forma parte del conjunto la forma de contar esas historias, el hacerlo con estilo o por el mero hecho de ganar dinero. Como empresas, Marvel y DC deben haber lo segundo, pero también están moralmente obligadas a lo primero... y no siempre han cumplido. Lamentablemente, "esto ha sucedido antes, y volverá a suceder". A menos que de pronto alguien se de cuenta de que lo realmente nuevo también puede vender, más que la repetición absurda.