El legado de los superhéroes (y V)

jueves, 25 de marzo de 2010

“En los ‘80 aprendimos una lección invaluable: el único material que perdura es el que significa algo. Luchá por eso y olvidate del éxito popular. El éxito hoy en día es algo breve, estridente, hueco y no siempre significa algo. Si como industria tuviésemos el coraje y la inteligencia para entender y aprender de esa lección, podríamos construir algo mucho más valioso”.

Declaraciones de Alan Moore en la Power Magazine dedicada a este autor británico.


Lo que otros sí hacen

Nos hemos enfocado mucho en DC y Marvel, pero sólo porque estas dos empresas acaparan la mayoría del mercado de comics de superhéroes, tanto a nivel estadounidense como mundial.

Sin embargo es necesario recordar que hay otras muchas empresas, medianas o pequeñas, que aplican otras recetas y plantean personajes y situaciones de manera más frontal, sin caer en reciclajes ni en juventudes perpetuas. Que sean las menos no quiere decir que no existan.


¿Qué hacer?
Pues dos cosas que ahora escribo, aunque sé que nunca nadie las hará.

Una opción sería dejar crecer a los personajes, y dejar que tomen el legado de los mayores que los precedieron. Si las editoriales aceptaran establecer un ritmo de envejecimiento promedio de sus personajes (por poner un ejemplo, 2 años en la ficción por cada 5 años de publicación), podrían tener a alguien asistiendo al editor. Esta persona o personas mantendrían actualizadas las cronologías y darían instrucciones de plantear cada tanto temas concernientes a la edad de cada personaje, para hacer creíble y argumentalmente razonable el asunto. Eventualmente ciertos superhéroes deberían retirarse o tomar otras posiciones, dejando el lugar para sus hijos o sidekicks.

¿Parece absurdo? Solamente porque nadie lo ha hecho en mucho tiempo en esta parte del mundo. Un buen ejemplo lo tenemos en el manga: Dragon Ball comienza con un Goku de pocos años y termina con él siendo abuelo, habiendo sido reemplazado por sus hijos, nietos y descendientes de sus amigos. ¿Funcionó? Comercialmente sí. Y los pocos tomos del manga que pude leer me gustaron bastante, no como la animación, que avanza más lentamente que un caracol enfermo. No conozco otros ejemplos en el manga, pero seguro que los hay.

Otra opción, delineada superficialmente en el artículo ya mencionado de Zona Negativa, implicaría resetear más o menos regularmente la continuidad en algún momento, o simplemente abandonar una para continuar con otra. Con tantos universos dando vuelta, las editoriales podrían tomar uno diferente para cada generación. Digamos que, por 20 o 30 años, DC o Marvel escribieran historias sobre un determinado universo, en donde sus personajes icónicos están en el momento justo, más "rentable" de sus carreras. Pasado ese tiempo, cuando se note una caída en ventas y/o en lo artístico, y cuando sea difícil mantener jóvenes a ciertos personajes, se anunciaría algo similar al Universo Ultimate. Se arrancaría con otra continuidad, desde cero, con características de esa época, con personajes nuevos, con nuevos orígenes, etc., es decir, con lo que fuera necesario para hacerla atractiva, original, etc. La continuidad anterior, que pasaría a ser secundaria, disminuiría su caudal de publicación hasta casi cero, dejando cada tanto alguna miniserie, reedición o autoconclusivo para los nostálgicos que quieran seguir revisitándola. Es decir, que ni siquiera sería necesario un evento megacatastrófico para destruirla: simplemente dejaríamos de mirarla, como sucedió con el universo de la Edad de Oro.

Esta reinterpretación planeada de cada mito superheróico ya fue explorada por DC en sus Otros Mundos, y en numerosos crossovers de ambas empresas, tomos especiales, etc. etc. Si volvemos a mirar a Japón, vemos algo similar en lo que ha hecho el grupo Clamp. Después del tremendo éxito de Card Captor Sakura, las artistas niponas empezaron a sacar historias como Tsubasa Reservoir Chronicles y xxxHolic, que reinterpretan a los personajes del famoso manga en historias radicalmente diferentes y, para rizar más el rizo, se relacionan argumentalmente entre sí (fueron escritas al mismo tiempo).

Aunque más compleja y potencialmente más violenta de continuar con el mismo personaje, es también una forma más sincera de apelar al cariño que los fans tienen por sus personaje favoritos, esos sentimientos que hacen desear que no "mueran" al terminarse una serie que tenía que terminar porque el argumento ya no daba para más. Yendo al caso, todos sabemos que hay dinero detrás de esto, más allá del amor que pongan los autores; como digo, es una forma más directa de decir: "amigos, esto tiene que seguir porque demasiada gente me lo pide y van a pagarme, pero voy a hacerlo de manera elegante".

¿Demasiado hipotético? Pues sí. Sé muy bien que ninguna editorial de las mencionadas tomaría en serio esta opción, ni tampoco la anterior, que puede parecer más razonable y menos compleja en varios sentidos. ¿Por qué? Pues porque la forma actual de hacer las cosas vende lo suficiente.

Estamos acostumbrados a ver todo (hablando particularmente desde mi lugar latinoamericano) desde un mercado deprimido, cerrado, selecto, casi muerto. Se edita poco comic, y el de superhéroes es un nicho que solamente explotan los grandes, porque pocos pueden competir con DC y Marvel, y si lo hacen, sólo lo logran en casos aislados y por poco tiempo. Nos quejamos de esta u otra decisión editorial o artística, pero no podemos cambiar de editorial fácilmente, porque estas empresas suelen tener material más barato que el de las otras empresas extranjeras. Pedir revistas de importación es más caro y más complejo; no todos tenemos una comiquería en nuestra ciudad, y muchas veces las series de las dos grandes se encuentran en kioscos o negocios no tan especializados.

En EEUU, donde el asunto se cocina, la cuestión es muy diferente. Ciertamente las pequeñas y medianas empresas pueden competir contra las grandes, en el sentido de que al menos son conocidas y sus productos se pueden comprar más fácilmente. Sin embargo, es evidente que el grueso del público sigue comprando más o menos lo mismo. Los fans putean en los foros, lanzan maldiciones contra Quesada o Di Dio, etc. etc., pero en el final el personaje y la costumbre pueden más, y siguen comprando. De otra manera, la reacción negativa que producen ciertas crisis y mephistazos en los foros tendría una relación directa en las ventas, cosas que no se comprueba. En este caso, sería lógico que las dos empresas tuvieran que reconocer errores y buscar una mejor manera de plantear cambios.


Observaciones y resoluciones
¿A qué viene todo esto? Se pueden preguntar algunos. Si bien estas meditaciones aparecen aquí por primera vez, ya estaban en mi mente desde hace tiempo, con menos datos pero con la misma decisión en mente.

Cuna de Héroes surgió no sólo de mi deseo de hacer comics de superhéroes, sino también de demostrar, humildemente, que se pueden hacer de otra manera, sin perder nada de lo bueno, pero sí mucho de lo malo.

Tres cosas son las que actualmente considero que lastran negativamente los dos universos más icónicos de superhéroes; dos de las cuales he mencionado aquí explícitamente, y la tercera de manera más indirecta. Tres temas que planteo abordar de manera novedosa, o al menos, un poco más lógica:

  1. la cuestión de retcon y del paso de tiempo, de las continuidades y los cambios que no cambian nada. Mis personajes van a crecer, lenta pero definitivamente; cuando haya cambios los habrá en serio y no serán revertidos, aunque pueda haber situaciones que, de manera sólida, puedan experimentar cambios parciales. Las muertes, cuando las haya, serán irreversibles y, por lo tanto, significativas.
  2. la cuestión de los cientos de miles de personajes con poderes. Más allá de que no puedo plantearme a creación de un universo tan poblado (podría hacerlo de manera indirecta), prefiero abordar uno en donde el ser superhéroe sea algo realmente poco común, misterioso y épico. El que haya tantos personajes tan poderosos llega a ser poco lógico en algunos casos; sobre todo cuando las editoriales nunca matan en serio ni a buenos ni a malos, y surgen nuevos personajes todos los meses.
  3. la cuestión de los orígenes absurdos y la superposición de varios niveles de magia y ciencia. Dejando de lado lo radioactivo, que ya está más que obsoleto, planteo una serie de posibles orígenes de los poderes, todos basados en la ciencia (obviamente, una ciencia de comics). Aunque pueda tener su encanto, no estoy muy de acuerdo en cómo tanto Marvel como DC usan la magia para sacar las papas de horno, cuando ya no se les cae una idea (vean lo del Mephistazo, y muchos otros casos más). Por otra parte, la superposición de estas capas crea resultados absurdos y huecos argumentales que, claro, ellos aprovechan para colar explicaciones cada vez que algo no encaja. Pero yo quiero que las cosas encajen solas: no quiero poner parches en mi historia. Con esto apunto también a plantear un universo un poco más cercano al real, obviamente con la separación implícita en el género.
Estas tres cuestiones son las bases sobre las cuales construí la idea central del blog y de lo que pretendo hacer. Son por lo tanto una manifestación de principios muy meditada: sé por experiencia que las restricciones, incluso aunque sean autoimpuestas, dan más espacio para la creatividad que el libertinaje del todo vale lo mismo.

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